#加密货币监管# Mirando hacia atrás, la batalla constante entre la regulación y la innovación nunca ha cesado. El acuerdo de 48,5 millones de dólares alcanzado entre Paxos y las autoridades reguladoras de Nueva York es, sin duda, otro hito en esta guerra prolongada. Esto me recuerda la escena en 2013, cuando la Fundación Bitcoin se reunió por primera vez con el Departamento del Tesoro de EE. UU. En ese momento, la actitud reguladora era aún confusa, mientras que hoy, lo que vemos son requisitos de regulación más claros y estrictos.
Los errores de Paxos en materia de anti-lavado de dinero y debida diligencia reflejan en realidad los desafíos generales que enfrenta toda la industria en términos de cumplimiento. Al revisar el auge de ICO de 2017, muchos proyectos también cayeron por razones similares. Esta resolución no solo es una advertencia para Paxos, sino también un llamado de atención para toda la industria de las criptomonedas.
La historia siempre es sorprendentemente similar. Después de la explosión de la burbuja de Internet en la década de 1990, la mayoría de las empresas que sobrevivieron se convirtieron en los gigantes posteriores. Creo que las empresas de criptomonedas que puedan sobrevivir y adaptarse a la ola regulatoria probablemente se convertirán en los pilares de la industria en el futuro. Esto requiere que encontremos un punto de equilibrio entre la innovación y el cumplimiento, manteniendo la ventaja tecnológica y cumpliendo estrictamente con los requisitos regulatorios.
De cara al futuro, preveo que la regulación será más minuciosa y completa. Los equipos de proyectos deben anticiparse y establecer proactivamente un sistema de cumplimiento sólido. Al mismo tiempo, también debemos participar activamente en las discusiones sobre políticas regulatorias, promoviendo la formación de un entorno regulatorio que proteja los derechos de los inversores sin sofocar la innovación. Después de todo, solo en un ecosistema saludable los proyectos verdaderamente valiosos pueden florecer.
Esta página puede contener contenido de terceros, que se proporciona únicamente con fines informativos (sin garantías ni declaraciones) y no debe considerarse como un respaldo por parte de Gate a las opiniones expresadas ni como asesoramiento financiero o profesional. Consulte el Descargo de responsabilidad para obtener más detalles.
#加密货币监管# Mirando hacia atrás, la batalla constante entre la regulación y la innovación nunca ha cesado. El acuerdo de 48,5 millones de dólares alcanzado entre Paxos y las autoridades reguladoras de Nueva York es, sin duda, otro hito en esta guerra prolongada. Esto me recuerda la escena en 2013, cuando la Fundación Bitcoin se reunió por primera vez con el Departamento del Tesoro de EE. UU. En ese momento, la actitud reguladora era aún confusa, mientras que hoy, lo que vemos son requisitos de regulación más claros y estrictos.
Los errores de Paxos en materia de anti-lavado de dinero y debida diligencia reflejan en realidad los desafíos generales que enfrenta toda la industria en términos de cumplimiento. Al revisar el auge de ICO de 2017, muchos proyectos también cayeron por razones similares. Esta resolución no solo es una advertencia para Paxos, sino también un llamado de atención para toda la industria de las criptomonedas.
La historia siempre es sorprendentemente similar. Después de la explosión de la burbuja de Internet en la década de 1990, la mayoría de las empresas que sobrevivieron se convirtieron en los gigantes posteriores. Creo que las empresas de criptomonedas que puedan sobrevivir y adaptarse a la ola regulatoria probablemente se convertirán en los pilares de la industria en el futuro. Esto requiere que encontremos un punto de equilibrio entre la innovación y el cumplimiento, manteniendo la ventaja tecnológica y cumpliendo estrictamente con los requisitos regulatorios.
De cara al futuro, preveo que la regulación será más minuciosa y completa. Los equipos de proyectos deben anticiparse y establecer proactivamente un sistema de cumplimiento sólido. Al mismo tiempo, también debemos participar activamente en las discusiones sobre políticas regulatorias, promoviendo la formación de un entorno regulatorio que proteja los derechos de los inversores sin sofocar la innovación. Después de todo, solo en un ecosistema saludable los proyectos verdaderamente valiosos pueden florecer.